Un niño sudafricano llamado Liam y que nació sin dedos funcionales en la mano derecha recibió como obsequio en su quinto cumpleaños una prótesis mecánica que le deja agarrar objetos, construida por el estadounidense Ivan Owen y el sudafricano Richard Van As, utilizando piezas creadas con una impresora 3D.
Los inventores de “Robohand”, como se llama la prótesis liberaron sus estilos al dominio público. O sea, cualquiera puede utilizarlos y modificarlos sin necesidad de rembolsar a nadie.
La historia de Robohand empieza en 2011, cuando Richard Van As, carpintero, perdió cuatro dedos de la mano en tanto laboraba. Ese mismo día, asegura, decidió que trabajaría en “algún reemplazo mecánico para recuperar parte de las funcionalidades perdidas”.
Unos meses después vio en Youtube un prototipo que Ivan Owen había creado para una convención de aficionados a la fantasía. Era una prótesis enteramente mecánica, no precisaba de energía externa, que replicaba en tamaño gigante los actividades de una mano. Se puso en contacto con él para diseñar aledaños algo parecidos, aunque destinado a personas con dedos amputados.
Las impresoras 3D dejan construir objetos tridimensionales de manera parecida a cómo lo hace una impresora habitual. Se plasma en el computador, se envía, y ésta lo crea capa a capa. Makerbot es una empresa que crea uno de los estilos más de dineros del market, y funciona con plástico. Cuando sus dueños supieron del proyecto Robohand enviaron una impresora 3D a Richard Van As e Ivan Owen.
Fuente Pysn Noticias
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