Si eres de los que de pequeño jugaba a crear sus propios dulces estás de enhorabuena: una empresa alemana acaba de presentar la primera impresora 3D que fabrica golosinas personalizadas al gusto del consumidor, la Magic Candy Factory, un proyecto pionero que refleja el auge de la impresión en 3D.
¿Para qué sirve una impresora 3D? Existen teorías de todos los colores, pero casi todos los expertos apuntan a que la tecnología servirá para revolucionar todo tipo de sectores, desde la moda a la alimentación.
El último ejemplo llega de la mano de una empresa alemana de caramelos, Katjes, que ha presentado en sociedad la primera impresora en 3D que permite fabricar golosinas personalizadas a los clientes de un conocido café de la ciudad de Berlín.
La impresora 3D que imprime golosinas, bautizada como Magic Candy Factory, tiene un aspecto similar al de otros aparatos ya presentes en el mercado. Pero en vez de imprimir trozos de plástico fabrica pequeñas golosinas totalmente comestibles.
Según explica Melissa Snover, una de las responsables del proyecto, en declaraciones a 3DPrint la Magic Candy Factory es la primera impresora 3D de golosinas orientada al consumidor que aparece en el mercado. Los clientes pueden personalizar sus propias golosinas a través de un iPad conectado a la impresora 3D.
Los clientes del café berlinés han sido los primeros en probar esta impresora 3D que fabrica golosinas. A su disposición tienen 10 sabores, 7 colores y un puñado de formas distintas, la mayoría de animales. Al pulsar la tecla imprimir el aparato se pone en marcha para fabricar el pedazo de dulce de unos 10 gramos.
El proceso de impresión de la golosina 3D lleva alrededor de 5 minutos y como resultado el cliente obtiene una pequeña golosina libre de gluten, lactosa y gelatina a cambio de 5 euros la unidad. Aunque los ingredientes son secretos cada caramelo incluye pectina, azucar y extracto de frutas.
La impresora 3D que imprime golosinas, bautizada como Magic Candy Factory, estará a disposición de los clientes del café Grün-Ohr de Berlín durante las próximas ocho semanas en su última fase de pruebas antes de lanzarse definitivamente al mercado, para situarse en establecimientos comerciales, parques o museos. Así, niños y mayores tendrán a su alcance fabricar sus propias golosinas personalizadas con una impresora 3D.
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