Buttercup nació con una malformación que le impedía caminar. El infortunado pato, sin embargo, ha recuperado la normalidad gracias a una prótesis impresa en 3D y al cariño de un ingeniero de software.
Debido a su malformación, que reducía su pata izquierda a sólo un muñón, el pato fue entregado a una asociación protectora de animales. Mike Garey, ingeniero de software para esa asociación, adoptó al animal y comenzó a pensar en una solución a su problema. La solución ha sido una pata de silicona impresa en 3D por una compañía llamada Novacopy a partir del modelo escaneado en 3D de su pata sana.
El modelo ha resultado funcionar a la perfección. Buttercup demuestra que las impresoras 3D no sólo imprimen pistolas ni mucho menos. La tecnología es tan buena (o mala) como las ideas que se le ocurran al que la utiliza.
Fuente Gizmodo
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